La obra de la serie “Impermanence” es una reflexión sobre la fragilidad y la transitoriedad del mundo material. La artista juega con los contrastes de la acuarela y el acrílico en tonos flúor cuestionando la estabilidad de lo que percibimos como "real". Los estampados florales, en su naturaleza efímera y cambiante, funcionan como símbolos de la belleza que florece solo para desvanecerse, un recordatorio visual de que todo lo material está en constante transformación, en un ciclo sin fin de nacimiento y muerte.
El acto de dejar caer la pintura introduce un componente de azar y libertad dentro de la creación, eliminando el control total de la artista y abriendo el espacio a lo impredecible, lo imprevisible. Este gesto resalta la noción de que, aunque busquemos estabilidad, la vida se despliega como un proceso de continua disolución y recomposición, más allá de cualquier intento de dominarla.
La obra nos confronta con la paradoja de la impermanencia: la belleza surge y se desvanece sin que podamos apresarla completamente, pero también, en ese mismo movimiento de desaparición, está la creación de algo nuevo, algo que se reconstruye sin cesar. Es un recordatorio de que, al igual que la pintura, nosotros también somos parte de un ciclo constante de transformación, y que la verdadera belleza reside en la capacidad de aceptar lo transitorio, lo cambiante, y lo impredecible.
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The work from the *Impermanence* series is a reflection on the fragility and transience of the material world. The artist plays with the contrasts of watercolor and acrylic in fluorescent tones, questioning the stability of what we perceive as "real." The floral prints, in their ephemeral and changing nature, function as symbols of beauty that blooms only to fade, a visual reminder that all material things are in constant transformation, in an endless cycle of birth and death.
The act of letting the paint drop introduces an element of chance and freedom into the creation, removing the artist's total control and opening space to the unpredictable, the unforeseen. This gesture highlights the notion that, although we seek stability, life unfolds as a process of continuous dissolution and recomposition, beyond any attempt to dominate it.
The work confronts us with the paradox of impermanence: beauty emerges and fades without us being able to fully capture it, yet also, in that very movement of disappearance, there is the creation of something new, something that is continuously being rebuilt. It is a reminder that, just like the painting, we too are part of a constant cycle of transformation, and that true beauty lies in our ability to accept the transient, the changing, and the unpredictable.
Impermanence III
Técnica mixta sobre papel de 300 gr.
Materiales: acrílico, acuarela.
Medidas de la obra: 50x70 cm.
Medidas del marco: 57x77 cm.
Certificado de Autenticidad.
Mixed technique on 300 gr paper.
Materials: acrylic, watercolor
Measurements of the work: 50x70 cm.
Frame measurements: 57x77 cm.
Certificate of Authenticity