La obra se presenta como una paradoja: un objeto de la modernidad que, al mismo tiempo, se inserta en un contexto natural, como un vestigio de la cultura humana pero también de su conexión primitiva. Este tacón, cargado de significado, no es solo un accesorio, sino un símbolo de la dualidad del ser humano, que constantemente navega entre lo sofisticado y lo instintivo.
El contraste entre el negro y el rosa flúor, colores tan radicalmente distintos, refleja las tensiones inherentes a la existencia humana. El negro, símbolo de lo profundo, lo oculto, lo inexpresado, se enfrenta al rosa flúor, vibrante y expansivo. Sin embargo, al colocarse sobre la suela, el color rosa flúor no es solo una expresión estética, sino una llamada a recordar que, incluso en los objetos más sofisticados, persiste lo primitivo. La suela, con su conexión directa al suelo, es el punto de contacto entre el ser humano y la tierra, entre el ser y su entorno, y esa conexión nunca puede romperse completamente, por más que busquemos alejarnos de nuestra naturaleza esencial.
El instinto del ser humano siempre permanece, como una sombra persistente que acompaña cada paso, cada decisión. El tacón, lejos de ser un simple producto de la sociedad de consumo, se convierte en un recordatorio de que, por mucho que nuestra civilización se haya alejado de la naturaleza, seguimos siendo, en última instancia, seres animales. En su presencia, el tacón se convierte en una metáfora de la lucha constante entre la construcción social y las fuerzas más primitivas, aquellas que no pueden ser completamente domesticadas, y que, en algún nivel profundo, siguen marcando el ritmo de nuestra existencia.
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The artwork presents itself as a paradox: an object of modernity that, at the same time, is embedded within a natural context, serving as both a relic of human culture and a reminder of its primal connection. This heel, laden with meaning, is not just an accessory, but a symbol of the duality of the human being, who constantly navigates between the sophisticated and the instinctive.
The contrast between the black and fluorescent pink, two radically different colors, reflects the inherent tensions of human existence. Black, symbolizing depth, the hidden, the unspoken, stands in opposition to the vibrant and expansive fluorescent pink. However, when placed on the sole, the fluorescent pink is not merely an aesthetic expression but a call to remember that even in the most sophisticated objects, the primitive persists. The sole, with its direct connection to the ground, is the point of contact between the human and the earth, between the being and its environment, and this connection can never truly be severed, no matter how much we may attempt to distance ourselves from our essential nature.
The human instinct always remains, like a persistent shadow accompanying every step, every decision. The heel, far from being just a product of consumer society, becomes a reminder that, despite how far our civilization has distanced itself from nature, we are, ultimately, still animals. In its presence, the heel becomes a metaphor for the constant struggle between social construction and the more primitive forces—those that cannot be fully tamed and that, on some deep level, continue to set the rhythm of our existence.
Instinct
Acrílico sobre lienzo de 54x65 cm.
Materiales: acrílico, tela 100% algodón.
Certificado de autenticidad
Acrylic on 54x65 cm canvas.
Materials: acrylic, 100% cotton fabric.
Certificate of Authenticity